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EDITORIAL:
Quedándote o yéndote.
“Y deberás plantar
y ver así a la flor nacer
y deberás crear
si quieres ver a tu tierra en paz
el sol empuja con su luz
el cielo brilla renovando la vida.
Y deberás amar
amar, amar hasta morir
y deberás crecer
sabiendo reír y llorar
la lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma.
De tí saldrá la luz
tan sólo así serás feliz
y deberás luchar
si quieres descubrir la fe
la lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma
este agua lleva en sí
la fuerza del fuego
la voz que responde por tí
por mí…
y esto será siempre así
quedándote o yéndote.”
Luis Alberto Spinetta
¿Qué más podemos decir de estos tiempos complejos que aún no se haya dicho, que ya duela menos, que nos sostenga en una esperanza criteriosa?
¿Que necesitamos continuar plasmando los irrenunciables educativos, esos que nos llenan de orgullo y nos acercan a nuestras mejores miradas y oportunidades educativas con sentidos? ¡Si!
¿Que tenemos que avanzar en la actualización de los desafíos o “deudas” pendientes buscando las mejores posibilidades para nuestras infancias, sosteniendo el enfoque que le otorga coherencia y brillo a nuestras propuestas y acciones? ¿Que elegimos continuar pensando en los “negociables” y lo “no negociables” vinculados con lo ético? ¿Que deseamos perpetuar (al decir del tan querido Spinetta) los “deberás amar hasta morir y deberás crecer sabiendo reír y llorar… y deberás plantar y ver así a la flor nacer y deberás crear…porque el sol empuja con su luz y el cielo brilla renovando la vida? ¡Si!
¿Que elegimos retornar a la (¡necesaria!) presencialidad confiando en que los protocolos nos protegen de los riesgos de esta inentendible pandemia, y que nos urge convocarnos a buscar y encontrar las mejores opciones ante esta decisión, construyendo puentes entre la virtualidad y la presencialidad, alcanzando una modalidad de educación mixta frente a la necesidad de encontrar posibilidades? ¡Si!
¿Que aún nos preguntamos cuáles son las condiciones pedagógicas necesarias para que recuperemos los sentidos, incluyendo las reflexiones y responsabilidades de esta educación en tiempos complejos? ¿Que sostenemos los interrogantes referidos a cómo se conjugan y presentan esos desafíos en estos tiempos de pandemia, qué hacemos con las modas que flamean y deslucen significados contradiciendo tantas veces a nuestro encuadre educativo, qué ideas y reflexiones encontramos para el retorno/ “regreso con gloria”? ¿Que sigue siendo importante indagar acerca de cómo resignificamos y sostenemos -después de lo recientemente transitado- el trabajo complementario y diferenciado con las familias, desde una apuesta a la afectividad y a la didáctica enlazadas y entramadas en acciones educativas de calidad, que se distancian de las grietas y los debates sin sentido y nos acercan a las costumbres escolares…aquellas que deseamos sostener? ¡SÍ!
Recodemos siempre que la infancia es un presente que no concibe justificaciones por parte de los adultos, que no puede perderse y no se recupera. El valioso tiempo de la infancia imprime sus huellas en los sujetos y marca una gran diferencia en la conformación de lo humano… y que nuestros/as niños y niñas, siempre sabios, están actualmente logrando (en general) adaptarse (¿SÍ?) a esta realidad tan compleja como no deseada.
Sabemos que esta situación “nos” dejará huellas profundas y que las mismas serán más o menos dolorosas dependiendo de nuestros modos de pensar y accionar con nuestras infancias, de las fortalezas de los encuentros que gestemos para esta escuela mejorada que continuaremos construyendo…
Es por todo esto que renovamos nuestras responsabilidades educativas y nuestras utopías posibles.
Y esto será siempre así, quedándote o yéndote.
Seguimos virtualmente con los cursos virtuales de siempre que reinician en marzo 2021, nuevos cursos virtuales a partir del mes de abril y un Ciclo de Conversatorios todos los martes de abril, mayo, junio y julio…
Con el afecto de siempre, Laura Pitluk.